miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 5.

La alarma del móvil suena a las siete y media de la mañana. Martes... maldito martes.
Se maldice una y otra vez por haberse acostado tan tarde los dos últimos días.
Ayer no pudo ni leer al recordar lo que había pasado. Ni siquiera podía llamar a Daniela para contarle todo lo que había pasado. Y no quería contárselo por WhatsApp, quería ver la cara que se le quedaba al oír que se besó con Ashton.
Una ducha caliente la llevará de nuevo a la realidad, una vida de adolescente normal y corriente.
Se coloca la toalla alrededor de su cuerpo aún caliente. Se apuesta mil euros a que Ashton no volverá a llamarla.
La pasta de dientes se desliza por el cepillo y después entra en su boca. Se enjuaga minutos después.
Los vaqueros pitillos se enfundan de golpe en sus piernas. Una sudadera azul cubre su torso. Las converses blancas la acompañan a todas partes. Su pelo castaño está totalmente suelto.
Agarra la mochila y se planta en frente del espejo. No tiene un cuerpazo. Tampoco unos ojos que hipnotizan. Tampoco una personalidad exótica. Ni es muy guapa. ¿En qué estaría pensando Ashton para fijarse en ella? El timbre suena y se encamina hacia la puerta. No hay tiempo para pensar en negativo.
La ha besado, y eso es lo importante, ¿no?

-¿Debería enfadarme contigo o alegrarme por ti?
Levanta una ceja y Daniela sigue hablando.
-Verás, estás saliendo con mi futuro marido. Sólo espero que no sea serio y después se enamore de mí.
Le da un golpe con la mano derecha en su hombro izquierdo.
-No estamos saliendo. Sólo me besó. Además, esto no lo sabe nadie. Sólo tú y yo. ¡No lo vayas contando por ahí, que te conozco!
Daniela ríe y después imita una cremallera en la comisura de su boca.
-Soy una tumba, querida.

El pasillo está tan abarrotado como siempre. Algunos chicos están sentados en los bancos, otros en el suelo, otros están apoyados en la pared... como Álex. Un grupo de chicas de primero lo miran ensimismadas. Él se percata de la llegada de Daniela e Isabella y se acerca a ellas. La chupa le baila cuando anda, y sus vaqueros parecen hechos a medida.
-Hola, chicas. -dice mientras se peina el pelo con sus largos dedos.
-Hola, Álex. -casi susurra Daniela con los ojos brillosos y una voz melosa.
-¿No me saludas, Isabella?
-Ey.
-¿Qué tal ha ido el fin de semana? Ayer no os vi y no pude preguntaros.
"Verás, ha sido muy relajadito. El domingo cené con una estrella de cine que después me llevó a casa y me pidió el número, pero me hice la estrecha para saber qué pasaría. Ayer se presentó en mi casa y me llevó a ver una película muda. Me invitó y me compró un colgante precioso. Además, nos echamos una foto en el fotomatón. Ah sí, y me besó."
-Aburrido.
-¿Pero qué dices, aburrido? Pero si saliste con... -Casi grita Daniela.
Isabella le proporciona un puñetazo importante en el brazo izquierdo y calla, comprendiendo que se ha pasado de la raya.
-¿Estás saliendo con alguien, Isabella?
-¿Yo? Qué va -Hace una pequeña pausa y se mira los pies-. Además, ¿qué te importa si lo hago?
-Mucho, ya lo sabes...
Ahora llega el momento en el que intenta volver a conquistarla. Lo odia. Lo odia muchísimo. ¿Se cree que es un juguete? Isabella ha pasado página. Y tiene que aceptarlo.
Arrastra a Daniela por el pasillo, dejando a Álex con la palabra en la boca.
-Vaya, vaya. El malote de Álex, ¿eh? -Dice Daniela con una sonrisa cuando están lo suficientemente lejos de él.- Yo creo que le sigues gustando.
-Nunca le gusté. Me pillé de él, como todas las chicas aquí. Hasta tú. Si hubieras visto la cara de tonta que tenías... -E inevitablemente suelta una carcajada.- El caso es que jugó conmigo. Y cuando le da la gana lo hace de nuevo. Pero yo ya paso. Yo... Me gusta Ashton.
-¡Ya era hora de que lo admitieras! Te lo dejo. Pero tendrás que presentarme a Josh Hutcherson si os casáis. Ponlo de padrino y yo de madrina. ¿Está bien?
-Sí, y viajaré a Luna y tendré dos marcianitos. Vamos a clase, anda.

Las dos menos cuarto. Echaba de menos levantarse a estas horas. Para grabar, debía despertarse a las seis de la mañana. ¡Así da gusto! Apaga la alarma del móvil y descubre un papel en el suelo.
Examina la pantalla de iPhone. Recuerda que tiene el número de Isabella. Desliza el dedo hasta Whatsapp y busca el apodo: Preciosa, así es como la ha llamado en su móvil.
Aparece una foto de ella con Daniela, sonrientes. Isabella lleva una blusa blanca fina y el pelo totalmente suelto, como a él le gusta. No muestra nada de maquillaje, algo que le gusta aún más.
La última conexión ha sido hace apenas dos minutos. ¿Se lanza? Demasiado tarde, sus dedos ya están marcando el mensaje. Debe ser algo ingenioso y divertido. ¿Pero qué?
¿Sabes que no se puede utilizar el móvil en clase?
Unos treinta segundos más tarde, Isabella responde.
¿Quién eres?
¡Mierda, lo había olvidado! No tiene ninguna foto de perfil por si alguien descubría su número.
El que te besó ayer en los labios. Espero haber sido el único.
¿Cuál de los cinco eres? 
El comentario le produce una sonrisa. Es igual o más ingeniosa que él.
El más guapo.
Ah, ¿Alan?
Vuelve a sonreír.
Ashton.
¡Ya lo sabía, tonto!
No se puede tener el móvil en clase, preciosa.
Da gracias a que estoy en última fila, con el móvil en vibración, con la señora Trey (que no ve nada de lejos) y manejo muy hábilmente el teclado.
Vaya, son todo ventajas. ¿A qué hora sales?
Tres menos cuarto. ¿Por qué?
¡Eso es sólo en una hora! Debe estar decente para ella.
Sólo haz caso a un chico llamado Stan, ¿está bien?
No me fío demasiado de ti, ¿sabes?
Eso no debería decirlo una chica que no presta atención en clase.

Después de estar quince minutos intentando convencer a Stan, lo ha conseguido. El plan está preparado.
Irán en coche hasta el instituto, ella seguirá a Stan y dentro del coche estará Ashton esperándola. Con sus terribles ganas.
Lleva camisa blanca y vaqueros oscuros. Además de unos zapatos ejecutivos. El perfume es el punto clave, opta por una de Calvin Klein. Se examina una última vez después de haberse lavado los dientes. Está preparado para verla.

Suena el timbre y el pasillo parece más tranquilo que ayer. Aunque ha perdido de vista a Daniela. Después hablará con ella, ahora lo importante es buscar a aquel Stan. Aunque sólo piensa que ha hablado con él por Whatsapp y él ha sido quien ha iniciado la conversación. Eso es importante, ¿no?
Sale por fin al aire libre. El clima es bastante frío. Un chico se le acerca y se encamina a hablarle, pero éste se dirige a otra dirección. No es Stan.
El móvil vibra en su mochila. Es un Whatsapp. De él. De Ashton.
Te veo. ¿Tú a mí no?
Examina el paisaje. Cada persona, cada moto, cada coche... Se detiene en uno con los cristales tintados. Es un mercedes benz plateado. El móvil vuelve a vibrar.
Exacto. ¿Cómo lo has sabido? No pensaba que eras una chica tan lista.
Y otro a los pocos segundos.
Me encanta cuando te pones roja. 
Como ahora. Ahora aún más. ¿Qué miras? Ven hacia el coche.
Hacia allá va. Se seca el sudor de sus manos en los vaqueros. Después se peina el pelo con los dedos.
Un chico le corta el paso.
-¿Eres Isabella?
-Sí, ¿por qué?
-Soy Stan. Pasa.
Le abre la puerta del coche y se encuentra con los ojos verdes de Ashton. Y sus dientes. Y su hoyuelo sexy.
-Hola, Isabella. Pasa, no te cortes.
Cuando entra dentro y cierra la puerta, sus ojos se encuentran. Ambos sonríen. Pero es Isabella quien se aproxima a él y lo besa. Como había soñado esta noche.
-Vaya, ¿has practicado? -Susurra Ashton mientras sonríe y después vuelve a besarla.

2 comentarios:

  1. Dios, me encanta. Avisame cuando la sigas! Quiero saber que pasa *-*

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  2. Este comentario me ha encantado: "-Verás, estás saliendo con mi futuro marido. Sólo espero que no sea serio y después se enamore de mí."
    Pero este me ha matado y me he sentido identificada 100%: "¡Ya era hora de que lo admitieras! Te lo dejo. Pero tendrás que presentarme a Josh Hutcherson si os casáis. Ponlo de padrino y yo de madrina. ¿Está bien?"
    Se ha lanzado. Me han encantado sus conversaciones por Whatsapp.
    Me encanta tu forma de inventare dialogos tan buenos. Son geniales.
    Besos :)

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