domingo, 4 de agosto de 2013

Capítulo 2.

El vaso de Ashton se llena de nuevo, mientras que el de Isabella no se ha vaciado ni una vez.
-¿Seguro que no quieres probarlo? Está muy rico.
-No, de verdad.
-Al menos te pediré agua, sino te atragantarás con ese solomillo. ¿Está rico? -Dice mientras levanta la mano y le hace un pequeño gesto al maître. Le pide una botella de agua y se vuelve a marchar.
-Sí, está delicioso. ¿Y tu pez espada?
-Le falta algo de sal, pero está rico. Así que tienes dieciséis años... algo pequeña para mí.
Con la última observación Isabella se sonroja. ¿Quiere salir con ella o es marketing?
-Sí. Tú veinte, ¿no? Mi mejor amiga me lo habrá dicho unas mil veces.
-Sí. Me encantaría conocerla, tiene que ser genial.
-¿Por ser tu fan? -Ríe y parte un trozo de solomillo.
-No, hablas muy bien de ella.
-¿Quién es tu mejor amigo?
Ashton ríe y toma un trago de vino.
-En este mundo no se puede tener mejor amigo. Todo el mundo te traiciona o te vende. En todo caso, mi mejor amigo se llama Luke.
-¿Luke? No lo conozco para nada. ¿Es de cine mudo? Nunca he visto una peli muda.
Vuelve a reír y toma un trozo de pez espada.
-No, no es actor. Luke es mi perro, un Shar Pei de un año.

Ashton le deja la tarjeta de crédito sobre el papel que indica la cuenta. Marca el código y el maître se marcha.
-¿Ha sido caro?
-Está bastante bien para lo que hemos comido. Doscientos euros.
-Eso para mí es carísimo, Ashton. -Ríen.
-Está lloviendo, perfecto -dice Ashton mientras mira por la ventana-. Sólo he traído mi moto, me pondré chorreando.
-¿Por qué no vas en el coche del concurso? Es enorme y sólo vamos dos personas.
-¿Y la moto? No puedo dejarla aquí. No, voy en moto. ¿Te llevo a casa?
-Iban a venir a por mí.
-Da igual, te llevo yo.
Se levanta y contempla cómo la chica sigue sentada. Sonríe.
-¿Vienes o te teletrasporto?
Ambos agarran sus chaquetas y se marchan del lugar.
-Espera, voy a por la moto y te recojo aquí para que no te mojes. Eh, eh, ¿qué haces?
-Me quito los zapatos, me están matando. Y además, con ellos no puedo correr.
A los pocos minutos, Ashton la espera justo en frente de la entrada y ella corre para montarse en la moto.
-¿Dónde vives?
-A tres manzanas del Boots, en la calle South.
-Agárrate. -Le coge las manos y las introduce dentro de la chaqueta, y después agarrando su dorso-

-Aquí, en el cuarenta y seis. -Dice Isabella mientras baja y corre hasta el techado de la entrada de su casa.
Ashton también baja, y se une con ella en él.
-Bueno, ha sido un placer que hayas sido tú la ganadora. Ya me imaginaba cenando con un hombre calvo y gordo.
-También ha sido un placer, de veras.
-¿Qué tal si me das tu teléfono? -Dice mientras se toca el pelo con la mano derecha, nervioso.
-Verás, no llego tan lejos en la primera cita... -Susurra. Ambos ríen.
-Está bien, está bien. Nos vemos pronto.

El despertador suena a las siete de la mañana y lo maldice una y otra vez. Lunes, los odia. Ayer, se acostó a las doce y media de la mañana y ahora está cansada. Oyó a sus padres llegar a las dos, y bendijo la hora en la que no se los encontró al llegar. Se mete en el baño: se ducha, se lava los dientes y se cepilla con los dedos el pelo.
A las ocho, se escucha el timbre y la voz de Daniela desde el portal.

-¿En serio te pidió tu número?
-No te mentiría, Daniela.
-¿Y no se lo diste? ¿Eres tonta?
-No. No tengo posibilidades con ese tío.
-¡Y tú qué sabrás!
Las chicas pasean hasta el Boots, donde el día parece más largo que nunca.

La campana suena a las tres de la tarde, y en las aulas vuelve a reinar la tranquilidad y el silencio. Sin embargo, en los pasillos, todo el mundo grita y empuja para salir por fin de clase.
-Y eso que hoy es lunes. ¿Qué pasará el viernes?
-Vendremos con cascos -dice Daniela mientras un chico la aplasta a su derecha- ¡Eh tú, mira por dónde vas!
Al llegar al portal cuarenta y seis de la calle South, encuentran a un chico en una moto.
-No puede ser. -Dice Isabella separando cada palabra por una pausa.
El chico baja de ella, se arregla la chupa y los vaqueros. El cabello negro da la vuelta hasta mirar a las dos chicas. Sus ojos verdes inconfundibles se clavan en la castaña, Isabella. Es Ashton.
-Me va a dar algo, Isabella.
-Respira, sobre todo respira.
-¡Anda, pero si nos volvemos a ver! -Dice Ashton mientras se acerca a ellas- Te dije que nos veríamos pronto -susurra mientras le guiña un ojo a la castaña de ojos marrones-.¿Qué tal?

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